No es algo nuevo a día de hoy. Joomla es ya uno de los gestores de contenidos más extendidos en la comunidad internacional y millones de webmasters lo emplean para el desarrollo de sus páginas web. El hecho de que sea una aplicación libre y gratuita ha hecho que España no sea una excepción al fenómeno Joomla.

Opensource o código abierto

Como todo el mundo sabe, Joomla es un sistema de gestión de contenidos que permite la edición rápida y elegante de un portal web, además de su administración y control total. El hecho de ser una aplicación de código abierto la ha convertido en un fenómeno de masas. Este término, opensource, es con el que se conoce a todo el software que se desarrolla y se distribuye libre y gratuitamente. Cuando se habla de joomla y opensource se está haciendo referencia al movimiento actual, equiparable al del software libre de hace algunos años, mediante el cual los desarrolladores informáticos trabajan en la implementación de aplicaciones que produzcan beneficios prácticos del hecho de compartir el código entre usuarios.

En España la comunidad de Joomla se concentra en torno a una página web, joomlaspanish, cuyo objetivo es la de posicionarse como un lugar donde todos los usuarios de este movimiento tengan un punto de conversión y encuentro, unidos bajo el idioma común.

Cada vez más adeptos

Atrás quedaron los años de aplicaciones cerradas y de código cerrado, hoy en día en España es habitual la presentación, por parte tanto de usuarios como de empresas de desarrollo web, de proyectos que emplean la tecnología Joomla. El código abierto, opensource, es un fenómeno que está siendo acogido de manera extraordinaria por la comunidad de webmasters españoles hasta tal punto que existen numerosos encuentros tanto virtuales como presenciales de adeptos a la tecnología Joomla. Y es que más allá de ser un movimiento tecnológico, la dimensión del opensource es casi un estilo de vida, es apostar por la colaboración y el trabajo en equipo, frente a posiciones cerradas en la concepción del desarrollo web.

Foto: Jan Kranendonk