Edward Snowden, el libertario que divulgó los secretos de EEUU

Washington lo acusa de traición por haber filtrado a la prensa secretos sobre espionaje estadounidense, pero Edward Snowden estima que actuó con patriotismo al decidir convertirse en un “garganta profunda”.

El exconsultor de inteligencia pidió este viernes asilo a Rusia, donde se encuentra desde hace unos dos semanas, con el fin de poder viajar después “legalmente” a América Latina y agradeció el apoyo de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, según un comunicado.

Nacido el 21 de junio de 1983 en el este de Estados Unidos, Edward Snowden es un hábil informático autodidacta que abandonó la secundaria a los 15 años.

En testimonios recibidos por la prensa norteamericana, sus antiguos compañeros de clase solo recuerdan a un rubio discreto, con la nariz pegada a su computadora.

En internet, Snowden es inagotable. Bajo el avatar TheTrueHOOA, apareció a partir de 2003 en foros de juegos y de hackers, especialmente en el sitio Ars Technica, dejando centenares de comentarios, rápidamente localizados desde su decisión de revelarse como la fuente que filtró los programas de vigilancia de las comunicaciones telefónicas e Internet del gobierno estadounidense.

Ars Technica exhumó además, gracias a sus usuarios, conversaciones no archivadas de sus “salones de chat” entre 2007 y 2009. Aparece allí un Snowden provocador y seguro de sí mismo, que escribe sobre todos los temas: los extranjeros, las chicas, la religión, las armas.

En 2006, después de pequeños trabajos como vigilante, el joven fue reclutado como informático por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), primero en Estados Unidos, luego en Suiza. El chico de los suburbios estadounidenses descubre el extranjero y lleva un gran tren de vida en Ginebra, bajo cobertura diplomática y con un abultado salario.

En esos chats, Snowden revela sus opiniones políticas. Alaba el retorno al patrón oro, una gran causa del republicano libertario Ron Paul, candidato a las primarias presidenciales de 2008 y 2012, para quien hará dos donaciones de 250 dólares en 2012.

Insulta al pasar al presidente de la Reserva Federal (Fed, banco central), Ben Bernanke, y recuerda que “nuestra sociedad pudo avanzar con gran éxito durante centenares de años sin seguridad social”.

En 2009, deja la CIA y se une a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) en Japón, como subcontratista. En Internet, rara vez menciona su trabajo.

En enero de 2009, fustiga a las fuentes anónimas que dieron detalles de operaciones secretas contra Irán al diario The New York Times: “hay que dispararles en los cojones”, señala entonces.

Pero en 2010, escribiendo en Ars Technica, cambia el tono y revela sus temores sobre “la obediencia ciega de la gente a los espías”.

-”ESTE PAÍS MERECE QUE SE MUERA POR ÉL”-

Cuando Snowden decide salir de las sombras y responde a cara descubierta las preguntas del diario británico The Guardian, se muestra como un hombre elocuente y decidido ante la cámara. Relata su lenta conversión en un “dador de alerta”, un estatuto protegido por la ley estadounidense al que apela para responder al gobierno, que lo acusa de traidor y del cual es fugitivo.

“No hubo un disparador. Pero asistí a la continua letanía de mentiras de los responsables de la administración ante el Congreso y la ciudadanía estadounidense”, explicó en un chat del sitio web de The Guardian. Barack Obama lo decepcionó, dice, al permitir desarrollar los programas de vigilancia de la NSA.

¿Es un traidor, como dicen autoridades, numerosos legisladores y el exvicepresidente Dick Cheney?

“Ser calificado de traidor por Dick Cheney es el más grande honor que pueden hacerle a un americano”, respondió, recriminándole a Cheney los 4.400 estadounidenses y 100.000 iraquíes muertos en la guerra de Irak.

“Este país merece que se muera por él”, señaló. “¿Si yo fuera un espía chino, por qué no me fui directamente a Pekin? Podría estar en este mismo momento en un palacio”, añadió. Snowden insiste en que se sacrificó en nombre de una causa superior, y dice haber tomado su decisión sin decirle nada a su novia y a sabiendas de que su vida quedaría revuelta para siempre.

Según Albert Ho, uno de los abogados que lo ayudaron en Hong Kong, Snowden “no tenía un plan muy preciso” al decidir huir hacia ese territorio autónomo chino desde Hawai el 20 de mayo pasado. “Es solo un muchacho”, precisó el abogado a The Washington Post.

Pero el “muchacho” reivindica su papel histórico y parece haber madurado largamente su decisión.

Le dijo al diario South China Morning Post que se había hecho contratar en marzo por la firma Booz Allen Hamilton, que trabaja para la NSA, donde ocupaba la función de “analista de infraestructuras” con un salario de 10.000 dólares por mes, con el único objetivo de recuperar documentos sobre el espionaje de las comunicaciones cometido por esa agencia de inteligencia.

“La verdad está saliendo a la luz, y nada podrá detenerla”, dijo en el chat de The Guardian.